Diario de un crimen: 3


El crimen de Francis tuvo una inmediata repercusión nacional. Probablemente porque fue cometido en plena temporada de verano, en el corazón de una villa repleta de turistas de la edad de la víctima y sus agresores, y a la vista de toda una comunidad que pareció hartarse de los reiterados casos de violencia sin sentido, de matar porque sí.
Así fue que innumerables artículos periodísticos desbordaron los diarios, las páginas web de noticias, las radios y los canales de televisión; al mismo tiempo que en la villa comenzó a organizarse rápidamente una manifestación civil para repudiar el hecho y reclamar justicia.
Y al tercer día de ocurrido el crimen, vecinos y turistas se unieron para marchar hasta la puerta del boliche donde habían comenzado los incidentes que derivaron en el homicidio de Francis, el cual había sido clausurado apenas unas horas antes y de manera preventiva por el gobierno provincial al detectar una serie de irregularidades en el lugar, como el expendio de bebidas alcohólicas a menores de edad.
La movilización se produjo un lunes por la noche, después de un hermoso día de playa, y estuvo encabezada por Victoria, la chica que había estado dentro del local bailable y luego auxilió a la víctima practicándole RCP en la vereda.
Esta joven declaró como testigo ante la dra. Zambrano y contó que ella también presenció el conflicto suscitado en el interior del boliche donde pudo observar cuando retiraba de allí por separado a los chicos que habían mantenido ese problema.
“Cuando salgo del local veo que los policías que corrían hacia la esquina y que, por otro lado, había una pelea enfrente, donde varios chicos que se pegaban piñas y patadas, mientras otros trataban de separarlos”, relató.
La testigo contó que “en un momento se calmaron”, entonces ella cruzó la avenida y vio a “un chico” (no sabía que era Francis) tirado en la vereda, “con el torso desnudo”; por lo que junto a otro hombre que se había acercado hasta el lugar se turnó “para hacerle maniobras de resucitación porque no reaccionaba”.
“Estaba inconsciente pero con pulso y me quedé con él y otros tres amigos suyos que habían estado en la pelea y se veían muy nerviosos, hasta que llegó la ambulancia”, recordó.
A su vez, Victoria aclaró que ella no pudo reconocer a ninguno de los agresores porque los vio desde lejos.
Esta misma versión reiteró la chica ante los periodistas que cubrían la marcha, durante la cual, ella leyó en voz alta una carta que le habían enviado los amigos de la víctima al no poder haber estado presentes allí.

“Francis era una persona hermosa y por culpa de otros que desconocen el significado de divertirse todo terminó en una tragedia irremediable. Él siempre buscó hacer el bien y nunca fue violento. Por eso queremos que quede en claro lo siguiente: lo que pasó no fue una pelea ni un enfrentamiento sino que fueron directamente a matarlo.
Fran siempre demostró cariño, compasión y humildad. Fue un ejemplo de superación para todos los que lo conocieron y siempre va a estar con nosotros. Nunca vamos olvidarte. Te amamos hoy y siempre. 
“Gracias por todo a vos y a todos los que están y estuvieron acompañándonos sin excluir a nadie por su apoyo y esfuerzo.”

Por su parte, los manifestantes que oyeron estas emotivas palabras aprovecharon la ocasión para también reclamar al Municipio que decretase al menos un día de duelo por lo ocurrido y al finalizar la movilización depositaron las velas encendidas que llevaban consigo en un cantero con una acacia ubicado justo al lado de donde Francis cayó casi muerto en la vereda.
Y de esta manera nació en la base de este arbusto típico de la zona una especie de santuario en el que las personas comenzaron a dejar mensajes manuscritos, flores e imágenes religiosas.


Diario de un crimen: 2


El artero y cobarde ataque a Francis fue cometido cuando éste estaba acompañado de al menos siete de sus 16 amigos –todos oriundos de la Capital Federal y compañeros de escuela- que estaban pasando sus vacaciones desde apenas dos días antes en un hostal ubicado en el centro de la villa turística, pocas cuadras al sur de la escena del crimen.
El día después del hecho, estos amigos declararon como testigos presenciales, e incluso algunos de ellos como víctimas de la misma agresión, ante la fiscal de la causa, la doctora Zambrano.
El primero en declarar fue Sebastián, quien contó que él, Francis y otros chicos entraron al boliche alrededor de la 1.45, mientras que el resto del grupo lo hizo más tarde.
El testigo relató que dentro de local todo transcurrió con “normalidad” y que se fueron dispersando por el interior del mismo hasta que cerca de las 4.30 vio que tres “patovicas” del boliche estaba retirando por la fuerza a Francis, quien tenía su camisa rota.
Ante esta situación, él decidió salir también del local y lo hizo junto a su amigo Leo, con quien se quedó junto a Francis en la vereda de enfrente del boliche esperando a que el resto de los chicos de su grupo salieran.
“Mientras esperábamos, Francis me cuenta que lo habían sacado del local porque le habían pegado a Julio y él se había metido a separar”, relató.
Luego contó que sus amigos fueron saliendo del local hasta que en un momento se desató el ataque: “De la nada, un grupo de siete u ocho chicos se nos vinieron encima corriendo y nos empezaron a pegar.”
“Yo empecé a retroceder y a sacar a mis amigos. Vi que a Julio le daban dos piñas en la cabeza, entonces lo saqué para que le dejaran de pegar. Y a Juancho y Lisandro los empujaron contra unos autos estacionados; en tanto que vi a uno cómo le pegaba a Francis piñas en la cabeza”, recordó.
Consultado sobre cómo era esta persona a la que vio agrediendo a la víctima, Sebastián describió que llevaba puesta “un remera blanca, era de estatura media, tez blanca, pelo morocho y lacio”.
Según el testigo, este agresor fue quien provocó que Francis cayera al piso, donde a su amigo le siguieron pegando “patadas”, aunque no supo precisar si fue el chico que describió solo o él y alguno más de su grupo.
“No sé cuántos fueron exactamente los que le pegaron, pero cuando escaparon lo vi a Francis con la cara llena de sangre y en el cuerpo también”, indicó.
Tras la golpiza, Sebastián contó que la gente se acercaba a ver y que fue un hombre el primero en auxiliar a Francis y después de éste lo hizo también una chica que salía del boliche y le practicó RCP en presencia de los policías que ya estaban presentes en el lugar.
“Llamamos a la ambulancia, que tardó mucho tiempo en llegar, y lo trasladaron al hospital. Yo me fui a la comisaría con Juancho a hacer la denuncia, mientras que el resto de los chicos se fue al hospital”, añadió.
Por último, Sebastián declaró que en momentos en que se encontraba en la seccional arribaron al lugar sus amigos que habían estado en el centro asistencial y le dijeron que Francis había fallecido.

A su turno, Juancho declaró que dentro del boliche se pasó la mayor parte del tiempo en el sector “VIP”, donde se sacaron fotos y se encontraron con unas chicas. Y que “después de un rato” fueron al patio trasero exterior del local donde los vio a Francis, Julio, Leo, Sebastián y Lisandro.
Después de pasar unos minutos allí, Juancho contó que volvió al VIP junto a sus amigos, que bajó alrededor de las 4 junto a Julio para ir al baño y que en el camino se lo cruzó a Francis.
“El local estaba abarrotado de gente, era imposible caminar. Yo iba adelante y Julio detrás, rumbo a los baños. En el pasillo había un tumulto y no se podía pasar. Ahí me topé con un chico de cabello corto y castaño claro, robusto, de un metro setenta de alto, y que vestía una camisa floreada color verde agua. Este chico estaba apoyado en la barra y con aspecto de estar alcoholizado empezó a gritar: ´¡Paren de empujar, che!´”
De acuerdo a Juancho, en ese momento también se encontraba allí Tommy, otro de sus amigos que había ingresado al boliche más tarde y que le respondió al chico de la camisa floreada: “Estamos todos en la misma.”
En esas circunstancias, este testigo contó que junto al chico que hablaba de mala manera había otro más alto, que tomó a Julio del cuello, al tiempo que Tommy se trenzó a piñas con un tercero.
“Yo me alejé, hice tres o cuatros metros y esperé a Julio para ir al baño. Y cuando él aparece me dice que le había dado un par de bofetadas y a Tommy unas piñas”, detalló.
Juancho explicó que salieron del baño tipo 4.40, cuando recibió un llamado a su celular de Leo, quien le dijo que los “patovicas” habían sacado a Francis del boliche y que tanto él como los otros chicos estaban en la calle.
“Nos estábamos yendo con Julio y antes de salir nos cruzamos con Tommy, que tenía u golpe en el pómulo izquierdo, y nos dijo que a los otros chicos también los habían sacado”, añadió.
El testigo refirió que tras esa charla abandonaron el local y cruzaron la avenida hasta la vereda de enfrente donde estaban Francis y sus demás amigos.
“Ahí alcancé a escuchar que Tommy le dijo a Francis ´vos también los provocaste´  haciéndoles caritas y un chistido´, pero Francis lo negó”, dijo y continuó: “En un momento observo que le pegan un golpe en la nuca a Manu, pero no pude advertir quien le pegó porque fue muy rápido. Yo me voy para atrás y veo que a Francis le empiezan a pegar, primero uno y después se armó una pelea”.
Juancho precisó que los agresores eran “al menos cinco”, y que el chico que le pegó primero a Francis llevaba puestos “una remera blanca” y “un pantalón oscuro”.
“Con el golpe lo sentó a Francis. Ahí yo lo veo de rodillas y me meto para tratar de frenar la situación y recibo un golpe de puño en el labio. Mientras otro de los agresores, que tenía una camisa estampada clarita,  golpeaba a Francis en el piso”, señaló.
Sobre este atacante, el testigo refirió que tenía “el cabello corto y lacio, castaño claro,  que vestía unas bermudas” y que le aplicó a la víctima “al menos tres patadas en la mandíbula”.
“Después de eso, Francis ya no respondía. Así que me crucé hacía el local y le pedimos ayuda a los patovicas pero no hicieron nada. Y ahí observo a un muchacho lastimado en la cara que estaba apoyado en la cerca de restaurante lindero al boliche que decía que había sido golpeado por los mismos sujetos”, agregó.
Juancho contó que al cruzar nuevamente hacia la vereda de enfrente encontró a Francis “desvanecido”, en “posición fetal”, y que había “sangre en el piso”.
“Se empezó a llenar de gente. Apareció un hombre que nos prestó mucha ayuda y la policía llegó rápido. La ambulancia fue pedida inmediatamente pero tardó un montón. También vinieron los bomberos y uno de los policías lo puso a Francis boca arriba y le practicó RCP. Mis amigos estaban todos llorando yo me puse a rezar”, recordó.
Juancho declaró que luego de que la ambulancia se llevó a Francis, él se quedó junto a Sebastián, Julio y Lisandro en el lugar del hecho, narrando lo sucedido al personal policial.
Desde allí fueron a la comisaría a hacer la denuncia, en tanto que él llamó a su madre para avisarle lo que había pasado y que hiciera lo propio con los padres de Francis.
Y finalizó diciendo que se enteró de la muerte de Francis cuando sus amigos que habían ido al hospital se presentaron en la seccional.
“Siendo las 8.30 aproximadamente hice una búsqueda por la red social Twitter y encontré que una chica narraba lo que había ocurrido”, concluyó.

Por su parte, Tommy declaró que él ingresó al boliche alrededor de las 3 y que luego de permanecer un rato en el patio trasero exterior se dirigió cerca del escenario, junto a Francis, Manu y otro amigo más.
“Miramos el show y después nos trasladamos hasta la barra, donde había mucha gente, por lo que nos chocábamos entre sí y algunos empujaban. En ese momento veo a dos chicos alterados que nos incitaban a pelear, por lo que los intento calmar y ahí es cuando recibo algunos golpes de puño”, indicó.
Tommy explicó que él se defendió de esas piñas y que a uno de los agresores le dijo: “No sirve pelearnos porque nos van a echar a los dos.”
“El problema no es con vos, es con tu amigo. Lo voy a esperar afuera”, recordó que este chico le dijo aunque no supo si le hacía referencia a Francis o a Manu.
El testigo continuó diciendo que inmediatamente después se cruzó con Juancho, quien le comentó que los “patovicas” habían sacado a Francis, por lo que a los pocos minutos él también salió a la calle y lo vio a Francis con el torso desnudo, ya que se le había roto la camisa, y acompañado de Leo y Santiago.
“Les pregunte qué había pasado y me dijeron que se habían peleado con otros chicos y que todo había empezado por unos empujones debido a que el lugar estaba lleno”, indicó.
También recordó que le dijeron que a Francis lo “incitaron a pelear afuera” aunque aclaró que permanecieron en la vereda sólo para esperar a que saliera del boliche el resto de sus amigos.
“Ahí aparecieron unos sujetos que le pegaron primero a Francis. Le dieron golpes de puños, lo empujaron y tiraron al piso. Yo traté de defenderlo pegándole a algunos de ellos pero a mí también me tiraron al piso, donde me pegaron patadas en la cabeza. Creo que fueron al menos tres los que me agredieron a mí y ocho en total”, detalló.
Tommy señaló que cuando logró levantarse vio a algunos de sus amigos lastimados y a Francis “inconsciente y ensangrentado”, con la cara “muy golpeada”.
“Los agresores ya se habían ido, así que llamé al 911 y conté lo que pasó. Pero recién a los veinte minutos apareció la ambulancia”, sostuvo.
Respecto de los agresores, Tommy dijo que alcanzó a ver que uno de ellos era “robusto, de pelo corto y morocho”, que vestía una “remera blanca de mangas cortas” y “pantalón marrón o bordó”.
Además, declaró que oyó que otro de los atacantes, que tenía una camisa clara, le dijo a Francis: “A ver si pegás ahora negro de mierda.”

En tanto, Leo declaró que él vio desde el VIP como los “patovicas” sacaban a Francis, por lo que con Santiago también salieron del local y se encontraron en la vereda con su amigo y Lisandro.
“Francis fue a comprarse un helado y cuando volvió le pregunté porque tenía la camisa rota y me dijo que le habían pegado a Julio, entonces él se metió a separar pero también le pegaron”, relató.
Según Leo, pasaron “unos diez minutos” cuando aparecieron “entre siete u ocho” chicos “corriendo”, a lo que él trató de calmarlos pero recibió un golpe en el rostro que le produjo una lesión en el ojo derecho.
“En un momento veo a Francis tirado en el piso, pero no veo quien le pegó, estaba inconsciente, apenas se movía, no hablaba y tenía la cara ensangrentada”, recordó.
El testigo agregó que tras la golpiza y la huida de los agresores, la víctima quedó tendida en el suelo y que tanto un policía como una chica intentaron reanimarlo con RCP, al tiempo que la ambulancia tardó casi media hora en llegar.
Sobre las características de los agresores, Leo dijo que sólo pudo ver a quien le pegó a él, que medía 1,80 metros; tenía el pelo corto y oscuro, y una remera blanca con “letras negras”.
“La intención de estos chicos era sólo golpearnos”, sintetizó.

A su vez, Lisandro declaró que cuando él bajó del VIP vio que Francis “estaba en la pista central y un patovica lo agarraba del cuello y lo sacaba porque había una pelea”.
“Salí por la misma puerta de emergencia por la que lo sacaron a Francis y me quedé con él y el resto afuera. Ahí nos cuenta que a Julio le habían pegado una cachetada, por lo que él intentó separar pero también le pegaron. Y que los otros chicos eran como cinco o seis”, relató.
El testigo contó que fue con Francis a comprar un helado hasta un quiosco cercano y que cuando regresaron se encontraron con Julio, Juancho y Tommy.
“De repente vemos que viene un grupo de chicos corriendo a pegarle, más que nada, a Francis. Entre todos le pegan piñas a Francis y él cae al suelo. Entonces tres de ellos le dan patadas en la cabeza y el pecho”, detalló.
“A mí y a mis amigos también nos pegaron pero no con la violencia que golpearon a Francis”, señaló.
Lisandro relató que luego de la golpiza, Francis quedó inconsciente en el piso, con sangre en la cara.
“Un señor que pasó por al lado nuestro nos pidió que dejáramos de golpearlo y le tuvimos que explicar que nosotros éramos los amigos de la víctima”, recordó.
Consultado sobre esos tres jóvenes que atacaron a Francis, el testigo dijo que cree que uno era rubio y tenía una “remera blanca”, otro era “morocho” y que al restante no llegó a verlo bien.

Mientras que Julio declaró que no recuerda en qué momento se separó de Francis dentro del boliche y que él estaba en el VIP cuando decidió ir al baño, para lo cual, debió cruzar la pista central donde había “mucha gente”.
“No se podía caminar, te empujaban. Ahí me lo cruzo a Francis de frente y venía con Tommy. Seguimos caminando y se ve que sin querer empujé a alguien, aunque no fue un empujón sino un choque por la cantidad de gente que había”, relató.
El testigo contó que en ese momento escuchó que alguien gritó de mala manera que dejaran de empujar y, acto seguido, sintió un golpe.
“Me pegan con el brazo por detrás, como un manotazo, y empezaron a gritar. Francis trata de separar y Tommy tiró un manotazo para que dejen de pegar. Entonces, un empleado de la caja nos pide que paremos y llama a los de seguridad, pero nosotros en ningún momento quisimos pelear”, indicó.
Julio explicó que tras ese incidente, él se fue al baño con Juancho y que no supo qué pasó con Francis y Tommy y los ´patovicas´.
“Cuando salgo del baño, Juancho, que me esperaba afuera, me dice que le avisaban por Whatsapp que a Francis lo habían sacado. Así que decidimos salir para ver qué había pasado”, dijo.
En la calle se encontró con Francis, Santiago, Leo, Tommy y algunos más de sus amigos; y que a los pocos minutos apareció el grupo de agresores, a los que no pudo reconocer como los mismos con los que se habían empujado.
“Estos chicos nos empezaron a golpear a todos. Yo recibí un golpe en la boca y otro en un oído, lo que me dejó algo aturdido. Entonces me fui enfrente a buscar a los ´patovicas´ y escucho a uno de ellos que dice ´adentro pegaban de atrás, pero ahora afuera vamos a ver quién gana´”, señaló.
Según Julio, los empleados de seguridad “se quedaron mirando mientras la pelea siguió” y que él alcanzó a ver cómo le pegaban patadas a Francis tirado en el suelo.
Cuando terminó el ataque y la ambulancia trasladó a la víctima, él se quedó con Lisandro y Tommy, con quienes fue caminando hasta la comisaría, donde ya estaban Santiago y Juancho.
“Hablamos con los chicos que estaban en el hospital y nos decían que los médicos estaban atendiendo a Francis. Y al rato que llegó a la comisaría la novia de Francis, que había ido al boliche con una amiga, y nos avisó que había fallecido”, finalizó.

Por último, Manu declaró que él estaba con Tommy en la parte baja del boliche cuando lo vio a este amigo, que iba adelante suyo, involucrado en un tumulto.
“Veo que vuelan manos, no sabía qué pasaba, así que traté de separar a mi amigo del chico que le pegaba, que era rubio, de pelo corto y robusto, con una camisa clara”, detalló.
Este testigo contó que luego siguieron caminando hasta que él sintió “piñas en la espalda” y al darse vuelta advirtió que era el mismo chico que había golpeado a Tommy.
En ese momento, vio a su amigo junto a otro chico “morocho” que quería pelear, por lo que se alejó del lugar.
Luego permaneció unos minutos en el patio trasero exterior, donde se encontró con Juancho, y ambos volvieron a entrar y se cruzaron con Tommy, quien les dijo que los “patovicas” habían sacado a Francis.
“Cuando salimos estaba Francis con el resto de los chicos en la vereda de enfrente al boliche y nos quedamos ahí esperando que salieron los que faltaban. Él estaba contando el motivo por el que lo habían sacado, pero no escuché mucho. Yo estaba mirando hacia la calle cuando viene alguien y me pega una piña en la oreja y el pómulo derechos”, indicó.
Manu explicó que tras el golpe quedó “aturdido”, por lo que cruzó hacia el boliche y después caminó unas dos cuadras hacia el sur porque sentía que lo “querían perseguir”; así que ni siquiera miró para atrás.
“No vi cuántos eran ni que le hicieron al resto de los chicos. Sólo escuché ruidos y golpes. Y cuando me estaba yendo caminando les avisé por Whatsapp a los chicos que estaban adentro del boliche que no estaban pegando afuera”, recordó.
Luego se encontró con otro amigo que no formaba parte del grupo en un local de comidas rápidas cercano y cuando una vez allí recibió un mensaje de uno de los chicos que se había quedado en el lugar de la pelea y que le dijo que Francis estaba inconsciente, por lo que decidió regresar hasta el frente del boliche.
Cuando arribó, la ambulancia ya había trasladado a Francis y sus amigos le contaron lo que había sucedido, tras lo cual, se fue con dos de ellos en remís hasta el hospital.

En contrapartida, los diez acusados se negaron a declarar al ser indagados durante esa misma jornada por la fiscal Zambrano, aunque aclararon que lo harían más adelante, una vez que contaran con un abogado defensor particular; y siguieron detenidos a disposición de la Justicia de Garantías.


Diario de un crimen: 1


Alrededor de las 4.41 de un cálido un sábado de mediados de enero, en pleno de centro de la villa turística y a tan sólo tres cuadras de la playa, dos jóvenes abordaron a un tercero en la vereda de la avenida principal, rodeada de comercios, muchos de ellos aún abiertos a pesar de la hora, y de transeúntes.
Poco antes, los tres habían estado en el interior de un local bailable ubicado de la mano de enfrente, de dónde fueron obligados a retirarse por haber protagonizado una pelea en el lugar.
Martín, vestido con una remera blanca y unos jeans oscuros; y César, quien llevaba puesta una camisa clara y unas bermudas; eran amigos que pasaban junto a otros chicos de su edad sus vacaciones de verano en la villa.
Por su parte, Francis no los había visto nunca antes en toda su vida hasta que se produjo ese altercado en la pista de baile, a partir del cual, ellos fueron retirados por los patovicas por un lado, y él por otro.
Y apenas estuvieron en la vía pública y el personal de seguridad reingresó al boliche, intervinieron efectivos policiales que patrullaban la zona y los disuadieron para que abandonaran la zona en distintas direcciones.
Sin embargo, Martín y César aguardaron en las inmediaciones a que los policías se alejasen –tuvieron que intervenir en otra riña callejera que se producía a la vuelta de la esquina- y durante esa espera acordaron vengarse de Francis por lo ocurrido en la disco, para lo cual contaron con el apoyo de al menos seis de sus amigos: Lucho, Lautaro, Esteban, Bruno, Ariel y Marcos.
Entonces salieron a cazar a su presa y al localizarla minutos después, el ataque comenzó por la espalda y en forma premeditada, en momentos en que Francis se hallaba parado en la vereda junto a sus propios amigos, quiénes también estaban veraneando en la villa.
A su vez, Francis, quien asistía a la Facultad de Derecho y residía en la Capital Federal, había viajado hasta allí sólo por ese fin de semana como invitado especial para pasar unos días en la playa y junto al mar.
Respecto de los agresores, Martín fue quien le propinó a la víctima una serie de golpes de puño en el rostro que la hicieron caer al piso, inconsciente. Y una vez allí tirada e indefensa, le patearon la cabeza, provocándole lesiones corporales, tanto internas como externas.
“Adentro pegaban de atrás, pero ahora afuera vamos a ver quién gana...", exclamó uno de los atacantes que superaban en número al grupo de Francis, quien se vio rodeado e imposibilitado de defenderse por sí solo y también de que sus amigos lo hiciesen por él.
“A ver si pegás ahora, ¡negro de mierda!", bramó otro de los agresores.
A su vez, quiénes acompañaban a la víctima también sufrieron lesiones corporales como consecuencia de los golpes.
Tras el ataque, los agresores escaparon del lugar a la carrera por la avenida y hacia el norte de la villa, mientras que la víctima quedó tendida en el suelo, junto a uno de los autos estacionados y sus amigos intentaban auxiliarlo; al tiempo que otros testigos filmaban la escena con sus smartphones y reproducían las imágenes por las redes sociales.
Enseguida arribó al lugar del hecho un oficial de Policía que advirtió que la víctima tenía sangre en la nariz y el torso desnudo ya que se le había roto la camisa.
Tanto este policía como un par de civiles trataron de reanimar a Francis, y cuando la ambulancia arribó al menos veinte minutos después, los médicos decidieron trasladarlo hasta el hospital local, donde finalmente se constató su fallecimiento.
Posteriormente, los forenses determinarían que el joven estudiante murió inmediatamente después de ser atacado a golpes, a causa de un shock neurogénico debido a un traumatismo grave de cráneo.
Por otro lado, el personal de la comisaría 1ra. inició la investigación y se entrevistó con los testigos presenciales, entre ellos los amigos de Francis, y también con la encargada de la recepción de un hotel ubicado a una cuadra del boliche, en la esquina de la avenida principal y una calle que se adentraba en el pinar de la villa.
Esta mujer contó que cerca de las 5 vio a un grupo de jóvenes, a los que describió con prendas de vestir similares a las señaladas por los testigos presenciales de la agresión, pasar corriendo por enfrente del hotel hasta un supermercado situado a unos 50 metros, en dirección al pinar.
Los pesquisas se trasladaron hasta el mencionado comercio y constataron con el vigilador del mismo que había una cámara de seguridad que registró el paso de los sospechosos que vio la encargada del alojamiento.
En esa grabación se pudo observar a César limpiarse las manos en su remera y luego lamerse los dedos presuntamente manchados con sangre.
En base a éste y otros elementos aportados por los testigos y por las imágenes de otras cámaras de seguridad como las del boliche, los policías localizaron la vivienda que alquilaban los agresores, ubicada unos 100 metros hacia el interior del pinar, y por orden de la Fiscalía de turno, alrededor de las 10 allanaron el inmueble y detuvieron a los diez amigos, algunos de los cuales ya habían abandonado el inmueble a pie y fueron interceptados en las proximidades del mismo.
Durante ese procedimiento, los peritos secuestraron los teléfonos celulares de los sospechosos, una gran cantidad de ropa y calzado para someterlos a posteriores análisis en busca de pruebas, y dos vehículos particulares, propiedad de Martín y Marcos, a bordo de los cuales los amigos, todos ellos jugadores de rugby, habían viajado días antes desde el norte de la provincia donde se domiciliaban.
Además, los médicos revisaron a los aprehendidos establecieron a simple vista que Martín tenía un presunto tejido hemático en su mano derecha, Esteban un hematoma en el labio superior, Lucho escoriaciones en cuello y axila izquierda, Lautaro escoriaciones en la axila derecha, y Ariel también escoriaciones en cuello y mano izquierda.
El fiscal entendió que esos eran signos de que había participado de una agresión física, por lo que avaló la actuación policial y convalidó las aprehensiones por el delito de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, el cual prevé la pena de prisión perpetua.