17 - 9

El 26 de noviembre los investigadores policiales y judiciales seguían sin ninguna pista firme sobre el paradero del matrimonio Pumba y sus dos pequeños hijos pero las líneas telefónicas estaban todas abiertas para los llamados de aquellas personas que decían tener información de interés para la causa.
- Central de emergencias 911- atendió una operado desde su pequeño cubículo.
- Los Pumba están en un campo de La Aguada que pertenecía al abuelo de Federico y donde ahora vive el padre- dijo una voz masculina anónima y luego cortó inmediatamente.
Los pesquisas ya tenía bajo la lupa a Don Omar Pumba, quien nunca había mantenido uan buena relación con la familia Roberts ni con la Villagrán. Por eso, a partir de ese llamado al 911, unos 30 policías encabezados por el comisario Dodó y la fiscal Magoo se dirigieron rápidamente a ese campo.
Detrás de los pesquisas corrieron los periodistas que ya desde hacía días estaban apostado en Nobleza, muy cercano a La Aguada. El allanamiento comenzó a primera hora de la mañana y bajo un fuerte hermetismo. Cerca del mediodía, el comisario de Nobleza salió a enfrentar a la prensa aunque se limitó a confirmar que se trataba de un predio de la familia Pumba y que ahora estaba arrendado.
“Se trabaja en forma conjunta con la policía de Investigaciones y seguiremos con las tareas en el ámbito de toda Nobleza”, aseguró el jefe policial.
Luego de aquella pequeña e improvisada conferencia de prensa, Dodó volvió a entrar al campo allanado y los rastrillajes continuaron hasta que no hubo más luz natural. Y los resultados fueron, una vez más, negativos: ni un solo rastros de los desaparecidos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario