Nuestro viajero llegó a tomarse del barandal de la cama donde había estado acostado Jorge, quien vio lo contrariado que estaba y le dijo: “Lo sé, cada vez se hace más difícil. Todo empieza a ser más rápido”. Luego, Sergio les indicó que era el momento adecuado para salir de la enfermería, así que los tres hombres se dirigieron al cuarto de radio.
-¿Cómo te pasó a vos?- preguntó Agustín a Jorge, al tiempo que recorrían sigilosamente los pasillos del carguero.
- Estábamos anclados aquí, esperando nuestras órdenes, aburridos. Bruno, un tripulante, y yo nos llevamos un bote. Sólo queríamos ver la isla. Pero Bruno empezó a actuar como loco, así que tuvimos que volver.
- ¿Dónde está él?
- En una bolsa para cadáveres- respondió Jorge, quien en ese momento abrió la puerta del cuarto de radio y le indicó a Sergio donde estaban los equipos para reparar.
- ¿Quién hizo esto?- preguntó el provinciano mientras observaba la maraña de cables que salían de los equipos.
- No sé, cuando el capitán se entere… - dijo el enfermo pero no pudo terminar la frase ya que se desmayó.
Agus lo revisó y advirtió que Jorge estaba inconsciente. “Cuando terminés tu llamada, alguien va a tener que decirme está pasando”, expresó un desconcertado Sergio.
- ¿Podés arreglarlo, hermano?
- Necesito un minuto- respondió Serg, quien luego tomó un teléfono inalámbrico que había en el cuarto- ¿Tenés el número al que llamar?
- No.
- Será mejor que te acuerdes lo antes posible.
Jorge empezó a tener convulsiones y cayó al suelo, pero Agustín alcanzó a atajarlo antes de que se golpeara. Pero el enfermo seguía inconciente. Nuestro viajero vio entonces un almanaque colgado de una de las paredes del cuarto. “Es 2004”, dijo sorprendido.
-No sabía que casi era Navidad- explicó Sergio, quien advirtió que Agus tenía sangre en la nariz, por lo que le indicó a su amigo que se limpiara.
“¡No! No puedo volver”, exclamó Jorge en ese momento, al tiempo que se retorcía en el suelo. Segundos después de esa frase y nuevas convulsiones, el enfermo murió en los brazos de Agus.
-¿Qué le pasó?- preguntó Sergio.
- Lo mismo que me va a pasar a mi.
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