* Basado en un teto de Julio Godio.
A partir de 1971, y ante la ruptura del dique represivo, la dictadura militar intentó montar el Gran Acuerdo Nacional (GAN), cuyo objetivo central era llegar a un compromiso entre partidos políticos, organizaciones empresarias y a las FF.AA. para una candidatura en común. Tal maniobra incluyó la proscripción de Perón y subestimó el grado de conciencia antidictatorial y antimilitarista generada en el pueblo.
Perón logró entre el 71´y 72´ formar un bloque político antagónico al GAN, la llamada “Hora del Pueblo”, en la cual estuvieron todos los partidos políticos salvo el PC y la derecha liberal. Se sumaron a su apoyo la CGT y la Confederación General Económica.
Luego de destruir al GAN, Perón estimuló la formación de su propia fuerza, el Frente Justicialista de Liberación Nacional. (FREJULI) al que se incorporaron los jóvenes de Montoneros.
El 11 de marzo de 1973 se llevaron a cabo las elecciones nacionales sin ningún control por el régimen militar pero sin Perón, quien permaneció proscripto. Ningún partido apoyó al GAN y el FREJULI logró el 49.5% de los votos para su candidato Héctor J. Cámpora, “El Tío”, luego de una la campaña electoral en la que la Juventud Peronista se había encargado de difundir el slogan: “Cámpora al gobierno, Perón al poder”.
Luego, con el gobierno del “Tío” en marcha, la izquierda ocupó los ministerios más políticos, mientras que derecha peronista se anidó en la cartera de Bienestar y Desarrollo Social, a cargo de José López Rega.
Tras 49 días de primavera camporista, “el Tío” y su vice, Vicente Solano Lima, renunciaron y Perón volvió al poder al ganar nuevas elecciones haciendo fórmula con su esposa Isabel Perón.
La convocatoria del General a la paz tuvo más adherentes en la oposición y en las FF.AA., que entre sus propios partidarios. Para 1973, las relaciones entre Perón y “Las 62” no eran óptimas ya que éstas no estaban seguras de convertirse en un sindicalismo oficial salvo que se les recompensase con una fuerte cuota de poder. Y Perón ya había alabado a los Montoneros.
Desde el primer momento del gobierno de Cámpora, “Las 62” se habían lanzado a recuperar su influencia sobre el líder. Al mismo tiempo, acentuaron sus críticas a los jóvenes revolucionarios que tildaban de “infiltrados”.
En tanto, el ministro de Economía José Ber Gelbard elaboró el “Pacto Social” que se trató de un compromiso entre sindicatos, empresarios y el Estado para mejorar la distribución del ingreso y frenar la inflación con la reactivación económica.
El ministro había sido el creador de la Confederación general Empresaria (CGE) y había sido designado por Cámpora y ratificado luego por Perón. La base social de la CGE era la pequeña y mediana industria, pero la cúpula era dominada por grandes empresarios industriales de formación estatal-industrialista.
La CGT aceptó la política coyuntural del gobierno que aumentó los salarios del 20% y suspendió las negociaciones colectivas y congeló los precios por dos años. Los sindicalistas apoyaron estas medidas con el argumento de salvaguardar el salario real pero, en realidad, fue un sacrificio para recuperar influencia sobre Perón.
Para los trabajadores sindicalizados, el retorno de Perón al gobierno implicó la posibilidad de presionar a los empresarios para superar los límites salariales establecidos en el “Pacto Social” porque sabían que el General necesitaba de la concentración social para estabilizar el nuevo régimen. Pero, al mismo tiempo, creyeron que sus amplios derechos a la organización y movilización recuperados podían permitir la presión a los empresarios y lograr éxitos sectoriales y de empresa.
De allí que de junio a septiembre de 1973 se registraron más de 120 conflictos por renegociación de contratos de trabajo e implementación de escalafones.
Hasta aquí, hemos repasado algunos de los hechos más importantes de la historia del movimiento obrero argentino ocurridos entre 1955 y 1973.
AA
Diciembre 2011
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