La novena fecha
Esta jornada siempre es vital para los campeonatos cortos ya que a partir de ella se empiezan a definir los candidatos al título, se agiganta el fantasma del descenso y otros se quedan en la mitad de la tabla. Este es el momento en que el certamen tiene tres disputas: la de salir campeón, la de no descender y la del honor.
El domingo tuvo el partido más atractivo de la fecha: Colón, invicto y puntero, recibió a San Lorenzo, una suave brisa de aquel ciclón de las primeras jornadas. El encuentro pintaba complicado para cualquiera de los dos y así lo fue. Dentro de un trámite pareja, el Sabalero marcó una leve ventaja a través de su convicción, sus ganas y su actitud. Colón iba una y otra vez pero chocaba con su ineficacia, mientras que San Lorenzo esperaba y atacaba sólo cuando encontraba algún hueco en la defensa rival, lo que ocurrió muy pocas veces ya que la última línea del local tuvo un gran rendimiento.
Los minutos pasaban y el gol no llegaba. El que tuviera más paciencia iba a marcar y la paciencia llega de la mano de la seguridad, y en ese sentido el que mejor andaba era el equipo de “Pancho” Ferraro que pensaba cada jugada. El Ciclón estaba cada vez más nervioso porque no podía llegar hasta Díaz y le ganaba la desesperación.
Y el gol llegó: de un tiro libre vino el centro que Cuberas cabeceó a la red, y de esa forma hizo delirar a los 30.000 hinchas sabaleros presentes en el estadio. A partir de entonces quedaron 20 minutos en los cuales se vio lo más entretenido del partido ya que el equipo del “Profe” Castelli atacó con fuerza pero sin fútbol y se desordenó, por lo que de contra casi lo golearon. En un par de esas llegadas del local, Castillo hizo una de más y Aquino reventó el palo.
Colón ganó 1-0 merecidamente, sin lucirse pero demostrando que no es casualidad que esté en la punta. Por su parte, San Lorenzo perdió su tercer partido consecutivo y le dijo “adiós” al campeonato.
Pero las cosas no son tan fáciles para el Sabalero ya que ahí nomás, respirándole en la nuca, está Newell´s, que amenaza con quitarle la primera colocación en la tabla de posiciones. El conjunto de Zanabria conoce sus limitaciones, es práctico y gasolero, porque no gasta más de lo que tiene, y así sigue ganando.
En su visita ante Platense le faltó concentración, se notó que la mayoría de los jugadores son pibes y que no tiene experiencia para ser protagonistas, pero de fútbol anda joya: sólido atrás, preciso en el medio y contundente arriba. Además, cuenta con la suerte necesaria para ganar los partidos claves, lo que los hinchas llamaron “culo de campeón” cuando Romagnoli estrelló un cabezazo en el palo sobre el final. Pero el empate hubiera sido demasiado injusto para un desarrollo definitivamente favorable para la Lepra que en el primer tiempo fue el que más buscó y el que más encontró. Saldaña escaló por derecha siempre y marcó el rumbo para el primer gol del “Loco” Dalla Libera, Un rato después, los compañeros de “Larry” armaron un jugadón y le devolvieron la gentileza para que pusiera el 2-0.
En el segundo tiempo, el Calamar aprovechó la extrema calma de Newell´s y lo puso contra las cuerdas, pero chocó con “Terremoto” Cejas y su propia falta de puntería. Después de 15 minitos de dominio del local, los rosarinos se dieron cuenta que no era negocio meterse atrás y salió a luchar en el mediocampo. Entonces, Platense se partió a la mitad y sus dos mejores jugadores, el “Tero” Di Carlo y Coria, quedaron aislados. Sin embargo, el visitante volvió a equivocarse y faltando cinco minutos le quiso bajar la persiana al partido y casi se lo empatan: Cejas atajó un penal justo antes de que Erbín pusiera el 1-2 de cabeza.
No le alcanzó al Calamar con la arremetida del final y la visita terminó ganando con justicia y sufrimiento. Ahora, la Lepra espera el clásico ante Central de la próxima fecha a un punto de Colón.
El sábado, River enfrentó a Gimnasia de Jujuy con la obligación de ganar para meterle presión a Colón. Por eso jugó con la tabla en la mano, sin regalarle nada, ni fútbol ni goles, a los hinchas que fueron hasta la Tacita de Plata. El equipo de Ramón sabía que tenía un partido menos y se conformó con sumar de a uno, mientras los jujeños prepararon una gran fiesta para tratar de ganar sí o sí.
Los locales, con el aliento de sus hinchas, salieron a comerse a River, lo atacó y le creó las mejores chances de gol. Pero al ir tanto para arriba dejaba espacios para la contra, por lo que la visita también le daba trabajo a Castellanos. El Lobo jujeño era el protagonista e imponía su juego a un ritmo vertiginoso hasta que llegó el gol de Morales Santos. Ahí parecieron despertar los millonarios que recobraron su actitud ofensiva y fueron a buscar el empate. Sin embargo, la expulsión de Lombardi obligó a retrasar al “Diablo” Monserrat y atacar con menos gente. Por ello, River no creaba peligro sino era por un remate de larga distancia y fue justamente a través de un tiro libre que llegó el 1-1 gracias a la pegada del “Príncipe” Francescoli.
En el segundo tiempo, Gimnasia buscó más hasta que quedaron diez contra diez tras la expulsión de Juárez. A partir de entonces, el local se refugió y los de Núñez casi lo ganan, pero el conformismo pudo más que el deseo.
Fue un empate justo en una hermosa noche jujeña.
Es realmente desconcertante que sólo un equipo grande (River) pelea por el campeonato ya que estos son los que cuentan con los mejores jugadores. Esto abre un interrogante: ¿Vale la pena tener figuras que cuestan millones o es mejor contar con jugadores que sepan interpretar a su DT?
El caso de Boca, por ejemplo, me lleva a pensar en eso continuamente. Las compras que el año anterior hizo Bilardo trajeron jugadores sin nivel de equipo grande y esos mismos siguen ahora con el “Bambino” Veira y no arrojan buenos resultados.
El domingo en la Bombonera se enfrentó a Vélez y quedó algo muy claro: un equipo trabajado como el de Liniers, sabe jugar en desventaja, ya sea numérica o en el marcador; conserva una línea de juego inalterable basada en lo colectivo y no en las individualidades. Cada jugador tiene confianza porque se siente respaldado por sus compañeros. En cambio, Boca es un manojo de individualidades –Pineda, Cedrés, Riquelme-, no tiene juego de conjunto ni un patrón.
El equipo de Piazza fue a La Boca con una propuesta y no la cambió por más que estuvo más de la mitad del partido con un hombre menos. Arrancó perdiendo a los tres minutos de juego y ni siquiera eso lo hizo cambiar de idea. Con tranquilidad, apostó a su juego, confiando plenamente en que su juego lo llevaría al triunfo. Los locales jugaron bien los primeros minutos pero después del inicio no supo aprovechar el hombre de más, sólo Pineda se convirtió en una variante por izquierda.
Vélez lo dio vuelta 2-1 con goles de Chilavert, de penal, y Moriggi, mientras que los bosteros siguieron siendo espasmódicas ráfagas de individualismo como la última arremetida de Fabbri que dio en el travesaño. La repartida de puntos hubiera sido injusta porque los visitantes fueron superiores y tuvieron presencia, paciencia y perseverancia.
Otro caso de un grande en crisis es Racing, que también se despidió del campeonato tras perder 1-2 ante Lanús.
El desarrollo fue parejo, los dos equipos intentaron jugar bien, no especularon pero la obligación de ganar terminó haciéndose sentir. Los garantes apostaron al toque de la dupla “Huguito” Morales- “Caño” Ibagaza, mientras que Racing confió en sus tres delanteros.
Pero el toque de Lanús se volvió intrascendente y los delanteros locales fueron inofensivos. No pasaba nada de nada hasta que a los 44´ llegó el gol del “Chupa” López y a partir de ahí empezó otra historia.
En el complemento, la Academia salió con más decisión y aprovechó el quedo de su rival para empatar rápidamente a través del “Mago” Capria. El 1-1 no le convenía a nadie pero los dos equipos se mostraban conformes. Sólo un error podía torcer las cosas. Y finalmente ese error ocurrió: la regaló la defensa de Racing en una salida y en tiempo de descuento Coyette puso el 2-1.
Los dirigidos por Cúper fueron más oportunistas que nunca y consiguieron un triunfo para ir saldando la cuenta que tiene con los que quieren que vuelvan a jugar como en los viejos tiempos.
Los otros resultados de la jornada fueron Español 1-1 Independiente, Huracán de Parque Patricios 1-1 Gimnasia de La Plata, Estudiantes 2-2 Huracán de Corrientes, Central 1-3 Ferro y Banfield 1-2 Unión.
AA
Abril 1997.
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