Deportes en el recuerdo - Parte XIV


Decimocuarta fecha

El partido Vélez-Colón era lo mejor de este nuevo capítulo del certamen. Sin desmerecer a ningún equipo, se enfrentaban los dos conjuntos de mejor funcionamiento. A ambos los unía el mismo sueño de salir campeón y esa fue la razón principal por la que necesitaban un triunfo.

En el arranque, Colón sorprendió ya que salió a llevarse por delante a su rival. Los volantes y delanteros sabaleros parecían imparables para una defensa velezana que no lograba hacer pie. Desbordes por derecha, desbordes por izquierda, paredes a un toque, cambios de frente; el visitante utilizaba todas las variantes posibles para llegar al gol. Y lo hizo a través de una gran jugada colectiva que terminó con el tanto de Castagno Suárez a los siete minutos. Luego, Vélez quiso tomar la iniciativa pero no pudo porque su rival se defendió bien y en el medio no regalaba ni un centímetro. Ante esa situación, al local le ganó la impotencia y comenzó a tirarle pelotazos inútiles a Pandolfi y Posse. En cambio, los dirigidos por Ferraro siguieron presionando y tuvieron chances para ampliar su ventaja pero cometieron el error de olvidar que a Vélez, por más mal que esté jugando, no podés darle ni una mínima ventaja porque la aprovecha. Y eso fue lo que ocurrió: en un contragolpe y después de una gran combinación entre Posse y Moriggi, el equipo de Piazza llegó a un empate que no merecía.

En el segundo tiempo, la iniciativa siguió a cargo del visitante y el dominio fue tal que el nerviosismo se apoderó de los jugadores de Vélez que se desesperaron y emplearon el juego brusco como respuesta. Así, quedaron con nueve rápidamente, a raíz de lo cual, el local se refugió atrás y eso complicó a Colón que no encontró la forma de llegarle a Chilavert salvo a los pelotazos.

Sin embargo, esa fórmula le terminó dando resultados ya que Müller cabeceó al gol un centro pero el árbitro lo anuló por un supuesto offside. Luego vino otro bochazo y el penal a Aquino que derivó en que Vélez quedara con ocho jugadores. El triunfo sabalero estaba a 12 pasos, pero Rodríguez Peña estrelló el tiro en el travesaño. Y casi sobre el final, Castagno Suárez metió un cabezazo en el palo para aumentar los lamentos de los hinchas visitantes. Pero el 1-1 no cambió.

Si a los jugadores de Colón le hubieran ofrecido el empate antes de jugar lo aceptaban, pero por como se dio el partido, Vélez ganó un punto y el Sabalero perdió dos. El visitante jugó mejor y borró a su rival de la cancha. Así, los de Ferraro desaprovecharon una inmejorable oportunidad para adueñarse de la punta y sólo los quedó el consuelo de haber superado a un gran equipo en su propia cancha.

Otro triunfo de Independiente y van… Otra vez, el equipo de Menotti ganó y esta vez su víctima fue Estudiantes. Pero este partido no era uno más porque era el último en el que el “Flaco” iba a dirigir en el Doble Visera, por lo que la hinchada local le puso mucho calor a una fría noche de viernes.

El Rojo salió decidido a ganar y en 15 minutos ya había marcado la diferencia con goles de Calderón y Guerrero. Los locales monopolizaron el dominio del balón y lo utilizaron de gran forma. Estudiantes se vio ampliamente superado y le costó mucho llegar hasta Mondragón. Sólo lo logró a través de tiros de media y larga distancia.

Pero en el complemento el desarrollo cambió bruscamente. Independiente cedió terreno y pelota y demostró que es dos equipos en uno: el que defiende y el que ataca. El Pincha, consciente de sus limitaciones, se esforzó para crear peligro y lo hizo aprovechando que la defensa local dudaba entre achicar o esperar.

El visitante fue y fue pero no había caso, la pelota no quería entrar: un remate de Ramos en el travesaño, una pirueta de Palermo que casi besa la red, un cabezazo de Quatrocchi que se fue ahí nomás del palo y un tiro de Aguilar que salvaron en la línea del arco tres veces.

Independiente apostó al contragolpe y haciendo uso de los descuidos del rival casi lo liquida. Y cuando el árbitro pitó el final, con un 2-0 inamovible, desató la alegría de la hinchada roja.

El triunfo del local fue merecido porque jugó mejor que Estudiantes en el primer tiempo, cuando marcó la diferencia y después la supo cuidar. Al Pincha sólo le quedó el aliciente de que pudo haber tenido mejor suerte y que dejó todo en la cancha.

Lo de River parece una broma de mal gusto para el fino paladar de su hinchada. El jueves, en su partido pendiente ante Central jugó un gran partido pero apenas terminó 1-1. Y en esta fecha enfrentó a Huracán de Corrientes, jugó mal y ganó 3-1.

El rendimiento del Millonario es desconcertante. En el último tiempo ha perdido regularidad y juego colectivo. Sólo lo salvan algunas individualidades con aportes esporádicos. Sin embargo, en los números no le va mal ya que si bien el empate ante el Canalla significó alejarse de la punta sus chances de dar la vuelta siguen prácticamente intactas.

Contra los correntinos, River sabía que si ganaba se prendía en la lucha pero se equivocó al pensar que el triunfo sería fácil. Los dirigidos por el “Pelado” Díaz salieron a jugar demasiados tranquilos y se encontraron con un rival que se colgó del travesaño. Entre la pasividad del local y la especulación del visitante el partido se hizo aburrido.

Pero River encontró la luz con un gol de Astrada y eso obligó a los correntinos a adelantarse en el campo y dejar más espacios para la contra millonaria y así Cruz casi amplía la ventaja n tres oportunidades claras. Y cuando terminó la etapa inicial, los hinchas locales no pudieron ocultar su impaciencia porque a pesar del triunfo el cuadro no pintaba bien y el tiempo les dio la razón.

En el complemento, River comenzó jugando peor que en el inicio del encuentro mientras que los dirigidos por Silvero se agrandaron y gracias a Lujambio consiguieron el 1-1 transitorio. Y hasta pudieron haberse puesto en ventaja si el delantero uruguayo no desperdiciaba tantas situaciones.

El reloj seguía avanzando y los hinchas locales explotaron de bronca, por lo que empezaron a pedir el ingreso de la “Bruja” Berti como una forma de reclamarle al entrenador por el mal juego del equipo.

El tiempo se acababa y el empate parecía inevitable hasta que apareció el “Jardinero” y con dos goles selló el 3-1. Y si bien la parcialidad local se quejó del rendimiento de su equipo, a los jugadores millonarios poco les importó porque River ganó con justicia. Fue el único que quiso ganar y con eso le alcanzó para superar a un rival preocupado sólo por el descenso.

El caso de Newell´s es similar al de River porque jugó mal pero ganó bien. La diferencia fue es que su hinchada no es tan exigente como la del equipo de Núñez y no abunda en reproches, lo que es importante para sostener la confianza de los jugadores. La Lepra tenía que ganar para alejarse de Colón y enfrentaba a uno de los rivales menos difíciles que le deparaba el fixture: Lanús.

El partido fue chato de entrada. El Granate salió con cuatro defensores, tres volantes de marca, dos enganches y un solo punta, lo que dificultó el panorama del local que careció de profundidad para vulnerar ese vallado humano. Los dirigidos por Zanabria no sorprendieron con su planteo táctico como lo habían hecho ante Colón y por eso siempre encontraron a la defensa rival bien parada.

Newell´s era puras ganas pero de fútbol, poco y nada. Su persistencia, a veces tozuda, y el golazo de “Rulo” París fue lo mejor del primer tiempo y lo único que inclinó la balanza a su favor.

Luego, en los 15 minutos iniciales del segundo tiempo se vio la mejor versión del local que trató de asegurar el resultado y empujado por su gente fue al frente. Así sucedió hasta que se dio cuenta de que su esfuerzo era en vano y entonces se replegó para cuidar la ventaja. A partir de allí, Lanús creció de la mano de “Huguito” Morales y Enría pero esa reacción, salvo por dos ocasiones de gol claras, se quedó en una insinuación.

El triunfo por 1-0 para Newell´s fue el fiel reflejo de lo ocurrido en la cancha: al puntero no le sobró nada para superar a un demasiado cauteloso Lanús.

Por otro lado, lo único atractivo de Huracán-Boca era su pasado ya que el devaluado presente de ambos equipos hacía que el rótulo de “Clásico del Domingo” le quedara grande. Igualmente, los hinchas se encargaron del darle el marco que se correspondía con la historia.

Boca demostró en el primer tiempo que el nivel técnico de sus jugadores era superior al de su rival poniendo la pelota en el piso y haciéndola circular con rapidez y precisión. En esa tarea sobresalieron Cagna, Latorre y Cedrés. Además, estas individualidades estaban respaldadas por una defensa aparentemente sólida cada vez que la atacaron por abajo. Pero los dirigidos por el “Bambino” Veira atacaban con poca gente y sólo la presencia del “Manteca” Martínez le bastó para crearle peligro a un Globo que daba muchas ventajas.

Entonces, fue Manteca quien abrió el marcador, esta vez de cabeza, para alcanzar a Osvaldo Potente en la tabla histórica de goleadores del club (N. de R.: 79 conquistas aunque luego el uruguayo llegó a 87) y también lograr un récord de tantos en torneos cortos. (N. de R.: Superado por Martín Palermo en ambos rubros).

De ahí hasta el final de la etapa inicial, Boca contó con más oportunidades de ampliar la ventaja pero no lo hizo y en el segundo tiempo se replegó y Huracán aprovechó ese grueso error. El Globo tomó la lanza y fue para adelante con más garra que fútbol y en el área xeneize comenzaron a llover centros.

En ese momento apareció el otro error de Boca: sus dudas para defender el juego aéreo, lo que permitió a Huracán llegar al empate con un cabezazo de García. Luego del 1-1, los xeneizes intentaron una reacción pero fue demasiado tarde. Sólo hubo tiempo para lamentarse por las chances desperdiciadas anteriormente y reprocharse por la actitud conservadora del complemento.

El empate fue lo más justo para un partido que dejó mucho que desear y en el que hubo un tiempo para cada uno. Quizás, Boca haya dado una mejor imagen por el toque de su juego pero terminó cometiendo graves errores defensivos.

En tanto, Banfield descendió de categoría tras empatar 2-2 con Platense, mientras que los restantes resultados de la fecha fueron: Gimnasia de La Plata 3-2 Gimnasia de Jujuy, Ferro 0-0 San Lorenzo, Unión 3-2 Central y Racing 2-0 Español.


AA
Mayo 1997.

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