VII

Franklin no lo podía creer. No podía salir de su asombro. Es que el empresario multimillonario devenido poco meses atrás a Presidente de la Nación se encontraba ese martes por segunda vez desde producido el derrumbe en la “ciudad de la copa de oro”. Mientras las perforadoras seguían descendiendo por el durísimo suelo de la mina en procura de hacer contacto con las víctimas, el primer mandatario se volvió a reunir con los familiares de los mineros.

 “Esperamos resultado en tres días, como mínimo”, señaló el presidente en una conferencia de prensa a la que asistió todo el pueblo, incluido el joven Franklin, que ni siquiera se había bañado tras el entrenamiento para poder llegar a tiempo. Sólo faltaron los más estoicos de los parientes de los mineros, que no se movían del campamento levantado junto al yacimiento de cobre.

 ¡¿Cómo iba este joven a pensar en el compromiso del fin de semana ante los zorros del desierto en El Cobre si el presidente estaba hablando de pedir ayuda a los países del primer Mundo y llevar a la mina a los máximos expertos en la materia?!

 “Estamos haciendo todo lo humanamente posible pero también está en manos de Dios”, aseguró la máxima autoridad del gobierno al concluir con la conferencia, tras la cuál partió junto a los familiares hacia el yacimiento, para seguir de cerca las tareas de rescate.

 Fue una larga caravana vehicular la que es tarde partió desde el centro del pueblo hasta la mina y el joven Franklin, a pesar del cansancio, no se la perdió. Además, ya no trabajaba como repositor en el mercado porque su dueña le había dicho que hasta que no se solucionara esta crisis no podía pagarle. El muchacho se quejó poco porque entendió la situación de aquella pobre mujer tenía a un primo bajo tierra y que pasaba muchas horas yendo y viniendo de la mina.

 Al llegar al campamento, entre la muchedumbre que recibió al presidente, Franklin se encontró con su amigo del Deportes, que estaba acompañado por Lucho, que se había tomado un recreo en las tareas de rescate.

- ¿Alguna novedad?- preguntó el recién llegado.

- Seguimos trabajando caquito. Hay que tener paciencia- respondió el bombero, en cuyo rostro comenzaba a dibujarse el cansancio y la frustración.

 Los tres se sentaron sobre las piedras para escuchar a lo lejos nuevas declaraciones del presidente, acompañado por el ministro de Minería, que le había comentado las últimas novedades sobre el avance en la sonda y la recuperación de la rampa de ingreso a la mina.

 - Me vuelvo con vos Lucho- dijo Franklin apenas la comitiva gubernamental se despidió del yacimiento prometiendo quintuplicar el presupuesto del año siguiente destinado a minería, en la que se empleaban más de 12 mil personas en todo el país.

- No caquito. Hoy no me vuelvo. Me quedo porque mañana es el Día del Minero.

- Es cierto. Me había olvidado. Entonces yo también me quedo.

 Y así fue que los tres pasaron la noche en el campamento, junto a los familiares de los mineros y los más de 200 rescatistas que continuaban con sus tareas contrarreloj.

VI

El pueblo estaba consternado, demasiado para levantarse para ir a trabajar. Por lo que el lunes, Franklin, en su día libre de entrenamiento, se dirigió a la mina, para seguir de cerca las tareas de rescate. Su amigo del Deportes había pasado la noche allí, una vez más, y cuando se lo encontró, éste se lavaba la cara en una palangana a un costado de la carpa. De fondo, se escuchaban discusiones y grupos de gente reunida en distintos puntos del campamento.

- ¡Qué es lo que pasa?

- Pasa que hay muchas personas enojadas, sobre todos los familiares, Caquito- respondió el amigo secándose el rostro mal dormido y arrugado por el frío de la oscuridad con una vieja toalla.

- ¿Pero por qué están tan enojados?

- Porque los dueños de la mina casi no dan información sobre lo que va pasando y, encima, ni siquiera se hacen cargos de los viáticos. Y hay mucha gente que viene desde lejos.

- Claro. Yo, por suerte, hoy me vine gratis. Me trajo Lucho.

- ¿El bombero?

- Si, ése mismo. Lo convocaron como rescatista.

 Franklin le dijo a su amigo que Lucho le había contado que el rescate estaba en su “Plan B”, en el que formaban terrazas para luego hacer perforaciones de entre cuatro y cinco centímetros de diámetro por las que enviaban la sonda para tratar de comunicarse con las víctimas. Además, el rescatista le comentó que el sábado había bajado a la mina y confirmó que el derrumbe se había producido en la parte sur y no en la norte, donde estaba el refugio donde estarían los mineros. Y lo más importante, le precisó que en ese sector hay un depósito de 5.000 litros de agua.

 Mientras los amigos charlaban, otros familiares estaban reunidos con funcionarios gubernamentales que eran extremadamente cautos y hablaban de plazos muy largos, aunque los rescatistas esperaban poder contactarse con los mineros atrapados mediante el sondaje en las siguientes 48 horas, demasiado optimistas

V

Franklin volvía la noche del domingo masticando bronca por el pobre empate pero más dolido aún por las palabras del presidente de la Nación que, mientras ellos jugaban, se había reunido con un grupo de familiares de los mineros en la ciudad cabecera del departamento norte, a unos 800 kilómetros de la capital del país. Mientras tanto, otros 200 parientes directos de las víctimas seguían agrandando el campamento de la esperanza, junto al yacimiento. “No es fácil”, había asegurado el primer mandatario al pueblo. “No los vamos a dejar solos. Estaremos junto a ellos y vamos a hacer todo lo humanamente posible para rescatarlos o intentar rescatarlos con vida”, afirmó.

 Por otro lado, el presidente y el ministro de Minería adelantaron que, tras el fracaso de acceder por el conducto principal de ventilación de la mina, se iniciaban las tareas de “sondaje”, que consistía en una perforación en la tierra apenas ancha para que pase una sonda y permita bajar hasta donde estaban atrapados los mineros y tratar de comunicarse con ellos.

 - ¿Y eso cuánto puede tardar?- preguntó Franklin a un compañero que escuchaba las noticias en la radio, a través de su reproductor de MP3 y le comentaba la novedad.

 - Dicen que varios días, hasta semanas, así que el rescate va a durar mucho más- respondió el muchacho sacándose los auriculares y apoyando la cabeza en el respaldo del asiento del micro que los regresaba a la ciudad de la Copa de Oro.- Lo importante aquí es que el presidente está diciendo que se van a hacer todas las investigaciones necesarias.

 - Y ahí puede quedar comprometida la empresa minera…

 - Esperemos.

 Cuando el plantel albinaranja llegó a la sede del club, en el yacimiento ya trabajan en el sondaje cuatro de las siete máquinas con capacidad para perforar entre 50 y 100 metros por día, dependiendo del tipo de roca que encontraran en el camino. Apenas los hierros penetraron el duro suelo, los familiares aplaudieron para liberar parte de su enorme angustia. “Es peor no saber nada que tener que enfrentar la mala noticia que todos esperamos”, dijo el padre de Franklin a su hijo recién llegado al hogar. Sentado frente al televisor, mirando el noticiero, el hombre i siquiera le preguntó por los detalles del partido. A esas alturas ya no importaba otra cosa.

IV

Los familiares de los mineros atrapados siguieron llegando al yacimiento durante toda la noche, en la que nadie durmió. Estos desahuciados montaron sus carpas en las proximidades con la clara intención de quedarse hasta las últimas consecuencias, sin negociar su esperanza. Franklin, por su parte, permaneció en la tienda de su amigo del Deportes, siguiendo de cerca las tareas de los rescatistas, que iba y venía de un sector a otro, con distintas herramientas y equipos.

 Durante casi todo el sábado, los expertos trataron de llegar hasta los mineros a través de la chimenea principal del conducto de ventilación. Cuando parecía que ese plan comenzaba a funcionar, el rescate volvió a fojas cero. Por la tarde, cuando había empezado a oscurecer, apenas después de que “El Caquito” emprendiera el regreso a su casa para poder descansar para el partido del día siguiente, se escucharon gritos y una nube de polvo se elevó desde la entrada de la mina, sembrando más sombras: un nuevo derrumbe acaba de obstruir por completo el ducto. “Tenemos la ruta más fácil y más lógica, bloqueada. El ingreso por la chimenea ya no es una opción. Tenemos alternativas técnicas, pero son mucho más complejas. Las probabilidades hoy día son más escasas de las que eran ayer”, reconoció entonces el ministro de Minería.

 Mientras Franklin llegaba a su domicilio donde su padre se encargó de darles las malas nuevas, el presidente de la Nación arribaba desde el país vecino donde había participado de una cumbre regional y, a través de la Cadena Nacional, envió el siguiente mensaje: “Hemos hecho lo humanamente posible para rescatarlos con vida. Pero a estas alturas ya no es solamente un tema de los hombres, estamos en las manos de Dios. He decidido regresar para estar cerca de ellos y de sus familias”.

 - Lo bueno, hijo, es que hasta el propio presidente está tomando cartas en el asunto- expresó el padre de Franklin, mientras el chico seguía con su vista clavada en el televisor.

 - No sé, papá. Esto parece una misión imposible.

 - Bueno, tranquilo. Mejor, andá a descansar que mañana hay que salir temprano para ir a jugar.

 El padre de Franklin tenía razón, el chico debía viajar el domingo hasta la Capital para defender a Los Legionarios de Los Bohemios.

III

El “Caquito” no podía quedarse en su casa, sin hacer nada, mientras su ídolo peleaba por su vida y los vecinos del barrio se solidarizaban con el resto de los 32 mineros que también habían quedado atrapados tras el derrumbe. Así que le dijo a su padre que no se quedaba a cenar y que iba a ir a buscar a su amigo del “Deportes” para ir juntos hasta el yacimiento y ver de cerca lo sucedido. Y, de ser posible, ayudar en lo que fuere.

 La madre del chico se opuso débilmente, por lo que Franklin abandonó su casa, sin importar el cansancio que pesaba sobre sus piernas y la mirada de su papá, que mezclaba desacuerdo y complicidad casi en porciones iguales.

 Nuestro héroe corrió hasta la casa de su amigo, donde la madre de éste le dijo que ya se había ido a la parada de colectivos, porque la línea había dispuesto un micro gratis para ir hasta la mina. Así que corrió lo más rápido que pudo hasta la terminal donde casi se tuvo que colgar de la puerta para poder abordar el transporte, que ya había arrancado.

 El destartalado colectivo recorrió los 30 kilómetros entre caminos de tierra que subían y bajaban, rodeados por grandes piedras que apenas se veían por la espesa nube de polvo que se levantaba con el paso de la gran cantidad de vehículos que se dirigían hacia el mismo destino. Había autos importados, último modelo, por lo que Franklin sospechó que se trataba de un hecho grave y que había mucha gente importante interesada.

 Al llegar a la mina, la oscuridad de la noche dominaba la escena, en la que actuaban cientos de personas entre rescatistas, bomberos, policías, médicos, funcionarios de distintas áreas de Gobierno, etc. También estaban los primeros periodistas, de los medios locales, que entrevistaban a la intendenta de la región. “El derrumbe se generó en un sector en que hay un refugio que cuenta con los elementos básicos y necesarios para que la gente pueda estar durante un tiempo”, sostuvo la mandataria regional.

 “No podemos hablar de víctimas todavía, la información que tenemos es que están atrapados, pero no tenemos ninguna información concreta del estado en que se encuentran. Esperamos que estén bien porque debieran estar en el refugio”, agregó la intendenta, al tiempo que Franklin y su amigo permanecían parados detrás de los reporteros, tratando de escuchar para tratara de entender semejante despliegue.

 Mientras tanto, del otro lado del cordón de seguridad, lejos de los curiosos, los organismos técnicos, en especial, los de Minería, ya se encontraban efectuando las tareas para rescatar a los 33 mineros que permanecían a unos 7 kilómetros de la superficie, entre ellos, “El Caqui”.

 La rampa principal a la mina estaba totalmente obstruida, por lo que los rescatistas habían ingresado por los ductos de ventilación sanos para reparar los dañados y tratar de lograr algún contacto con el refugio. Los expertos ya consideraban que el trabajo iba a ser largo y duro, por lo que habían dispuesto un equipo de psicólogos para asistir y contener a los familiares de las víctimas que no paraban de llegar al lugar, mucho de ellos, conocidos de Franklin.

 "Ahí escuché a uno de Minería que decía que el refugio es de unos cincuenta metros cuadrados y tiene comida, agua, ropa para más de 35 personas durante dos o tres días, como mínimo. Así que van a estar bien. Quédese tranquila”, le dijo el joven a una señora que vivía a unas cuadras de su casa y todos los días atendía con suma tranquilidad su ferretería pero que ahora estaba completamente angustiada porque su marido estaba atrapado, vaya a saber por cuánto tiempo, ya que los expertos comenzaban a hablar de un rescate que iba a ser largo y difícil.

II

La ciudad de la “Copa de Oro” se desplegaba de norte a sur, en medio de un valle transversal, Históricamente había estado delimitada por los cerros y el río, pero el escenario había cambiado en los últimos años ya que cada vez más gente se asentaba del otro lado de las aguas. La terminal estaba ubicada en los sectores altos, cerca del centro histórico.

 Apenas bajó del micro, Franklin se encontró con un amigo que jugaba al fútbol en “El Deportes”, que a diferencia de su equipo, militaba en la Primera B y su máximo logro había sido ocho años antes, con la obtención del torneo de tercera.

- ¡Ey, Caquito!- le gritó el muchacho al pasarle corriendo por al lado.

- ¡¿Qué pasa?!- preguntó Franklin corriendo detrás pero sin poder alcanzarlo.

- ¡Hubo un derrumbe en la mina!- exclamó el otro muchacho a la distancia y luego siguió su camino.

 Franklin se quedó preocupado porque si bien era habitual que la mina se pusiera a “llorar”, no lo era esta reacción desenfrenada de la gente del pueblo, por lo que emprendió rápidamente la caminata hasta su casa, en El Alto, para preguntarle a sus padres qué había sucedido exactamente.

 Él y su familia siempre habían vivido en ese barrio nombrado no por la altura del terreno que, de hecho, era todo lo opuesto, al igual que el status de sus habitantes. En el trayecto hasta allí, Franklin recordó cuando a principios de año, los más de 125 mil habitantes de todo el pueblo habían vibrado con el paso del Rally Dakar, pero ahora eran las entrañas de la tierra las que se habían movido violentamente y sacudido la tranquilidad invernal de la población.

 El yacimiento minero en cuestión estaba ubicado unos 30 kilómetros al noroeste de la ciudad y poseía más de 100 años de antigüedad. Ya había registrado otros accidentes, por lo cual estuvo clausurada desde marzo de 2007 hasta mayo de 2008. Desde entonces, el incidente más grave había ocurrido hacía poco más de un mes, cuando el desprendimiento de varias toneladas de roca provocó que le amputaran una pierna a uno de los mineros.

 Al llegar a su casa, el padre de Franklin le dijo a su hijo que cerca de las 14.05 se había producido un derrumbe en el interior de la mina y que su querido “Caquí” estaba en ese momento trabajando, por lo que estaba muy preocupado. “Hay que rezarle a San Lorenzo”, dijo el hombre, consternado.

Una mina de vida

I
El joven Franklin salió del vestuario local con el pelo aún mojado y cargando su bolso, en el que guardaba la ropa sucia y los botines, caminó rápido hasta el estacionamiento del estadio, donde lo esperaba un compañero que lo iba a alcanzar en auto hasta la parada de micros para regresar a su casa, en un poblado ubicado a unos 200 kilómetros del Cobre.

Mientras el compañero conducía por las calles de aquella ciudad con forma de anfiteatro pero que hacía casi 40 años había surgido de un campamento minero, Franklin ojeaba la revista del club, que no era más que un puñado de hojas impresas en blanco y negro y que se distribuía mensualmente entre los socios del Albinaranja.

- ¿Qué lees?- preguntó el conductor.

- Una entrevista al Caqui- respondió Franklin, sin levantar la mirada de las hojas.

El automovilista vio que su joven compañero estaba muy concentrado en aquella lectura, por lo que sólo le habló cuando le indicó que ya habían llegado a la terminal. Franklin guardó la revista en el bolso, se despidió y abordó el micro de regreso a casa, tal y como lo hacía diariamente, excepto, cuando no entrenaba con "Los Legionarios”.

Una vez en su asiento, el muchacho sacó la revista y retomó la lectura, pero como había perdido el hilo conductor y quería leer todas y cada una de las frases de su ídolo, comenzó de nuevo: 


- Entrevistador (E): ¿Cómo estaba conformada aquella selección Pre olímpica de 1984 de la que fue parte? 
- EL Caqui (C): La base de ese equipo era de Legionarios. Fue una experiencia bonita, era la primera selección que clasificó para ir a una olimpiada y para nosotros que veníamos del norte fue muy importante. 
- E: ¿Qué paso después de la clasificación? 
- C: El entrenador nos prometió a todos que ese grupo iría a las Olimpiadas, pero al final cambio a todos los jugadores por los de Primera División. Pedí explicaciones, pero nunca tuve una respuesta clara, nos sentimos traicionados porque nos había dado su palabra. 
- E: ¿Qué opina de los dirigentes que estaban en la Asociación en ese tiempo? 
- C: Nos prometían sueldos que nunca llegaban, teníamos problemas y nos queríamos devolvernos a nuestro país pero estaba el gobierno militar y nos dijeron que si volvíamos seríamos tildados de anti patriotas, por lo que nos sentimos amenazados. 
- E: ¿Cómo sintió la gente de la ciudad la clasificación a las Olimpiadas? 
- C: El cariño lo sentíamos a la distancia, el entrenador nos llamaba y nos contaba que la gente mandaba cariños, ese mismo que sentíamos todos los domingos. Imagínate, que estábamos representando a los mineros en la Selección, hecho que nos incentivaba aún más. Si bien, no éramos un gran equipo, teníamos un corazón enorme. 
- E: En ese mismo año, el equipo local logró el ascenso con 29 partidos invictos, ¿cómo vivió ese momento, estando en la Selección? 
- C: Lamentablemente los partidos más importantes no los jugamos pero nos sentimos felices cuando supimos que se había logrado el ascenso. Cuando regresamos, el entrenador nos permitió jugar de titulares enseguida y ahí si sentimos el apoyo. 
- E: En el tiro libre, ¿Cuál era la receta? 
- C: No se, creo que uno nace con la virtud de pegarle bien a la pelota, con tiempo y entrenamiento se va puliendo. Nosotros practicábamos mucho porque sabíamos que a veces no andábamos bien y con un tiro libre podíamos salvar el partido y en eso trabajábamos mucho con el entrenador. 
- E: ¿Sintió el reconocimiento por esa virtud en el fútbol? 
- C: Considero que sí, pero no todo lo que corresponde. Yo debería estar en la historia del fútbol de nuestro país, creo que debo ser uno de los tres o cuatro mejores y de los pocos que hizo más goles de tiro libre. 
- E: ¿El albinaranja marcó una etapa muy importante en su carrera futbolística? 
- C: Una de las etapas más grande de mi carrera la viví en Legionarios. Le estoy agradecido, pero a la vez dolido, porque a veces uno espera una llamada para estar en el campeonato del minero representando a algún equipo.
- E: ¿Cómo ve al equipo, sigue la campaña, tiene la posibilidad de estar al tanto de lo que está sucediendo en el club? 
- C: Sigo la campaña, el problema es que no conozco a los jugadores. Yo me retiré del fútbol y deje de ir a los estadios, leo los diarios, pero como aparecen muchos jugadores nuevos no los ubico. En mi tiempo, cuando jugaba en El Cobre, era casi imposible ganarle. 
- De hecho los rivales con un empate se iban felices. 
- E: ¿Le da cierta nostalgia ver que hoy al estadio no asisten más de 700 personas, cuando antes se llenaba?
- C: Si, duele ver eso. El otro día estaba viendo un partido y no había más de 450 personas. Sinceramente no sé como es el plantel actual, pero nosotros éramos muy unidos a la gente, convivíamos con los mineros y jamás nos creímos estrellas; sino que éramos parte de la comunidad. Yo, personalmente, pasaba metido en el bowling y creo que eso atraía a la gente, para apoyarnos. No cualquier club hace que toda una ciudad los vaya a buscar al aeropuerto y haga un carnaval en la Plaza. 
- E: ¿Qué expectativas tiene de la calidad de vida del club ¿Cómo lo ven ustedes desde afuera? 
- C: Yo veo un momento difícil. A veces pienso en la idea de que se mude la sede, pero en verdad es un equipo que no tiene nada que hacer en otro lado, porque es de los mineros. El entrenador siempre nos decía primero tenemos que respondernos a nosotros y después a los mineros, porque son ellos los que nos están dando el trabajo. Yo estuve 4 años a en una mina y ahora sé lo que es lo que es llenarte los pulmones de tierra y de humo, para pagar la cuota y ver jugar a tu equipo. 

Franklin terminó de leer y en sus ojos sintió una húmeda emoción, que duró poco porque estaba tan cansado que se durmió enseguida, con su cabeza apoyada contra el frío vidrio de la ventanilla. Un par de horas después, cuando se despertó, vio que atardecía y ya empezaban a verse sobre el asfalto de la ruta las sombras de las tremendas rocas que adornaban de manera muy minimalista su pueblo natal. No veía la hora de llegar a casa y empezar con su único día franco antes del partido del domingo pero esa ansiedad pronto se transformó en inquietud ya que a medida que se acercaba a la parada, veía más y más gente nerviosa, yendo y viniendo por las calles, envueltas en pequeñas nubes de polvo.

29- Mundial Sudáfrica 2010: Argentina 0-4 Alemania, 4tos. de Final.


Disputado el 3 de julio, en el estadio Green Point, de Ciudad del Cabo, ante 64 mil espectadores y con el arbitraje de Ravsham Irmatov, de Uzbekistán.


- Argentina: Sergio Romero; Nicolás Otamendi (Javier Pastore 69´), Martín Demichelis, Nicolás Burdisso, Gabriel Heinze, Maximiliano Rodríguez, Javier Mascherano, Ángel Di María (Sergio Agüero 74´), Carlos Tévez y Gonzalo Higuaín. DT, Diego Maradona.


- Alemania: Manuel Neuer; Philip Lahm, Per Mertesacker, Arn Friedrich, Jerome Boateng (Marcell Jansen 72´), Bastian Schweinsteiger, Sam Khedira (Toni Kross 77´), Thomas Müller (Piotr Trochowski 84´), Mesut Özil, Lukas Podolski y Miroslav Klose. DT, Joachim Löw.

- Goles: Müller (2), Klose (67), Friedrich (74) y Klose (88).

- Argentina ganó sus cuatro primeros partidos y Alemania venía de terminar primera en su Grupo D y vencer a Inglaterra en octavos. Los alemanes finalizaron terceros tras perder ante España, que fue campeón, y vencer a Uruguay.


TOTALES: PJ, 29, PG, 8, PE 8*, PP, 13, GF, 28, GC, 41.
* Ganó dos definiciones por penales (Italia en el 90´ e Inglaterra en el 98´) y perdió una (Alemania en el 06´).
27,5 por ciento de los partidos ganados.
 -13 de diferencia de gol.

Tabla histórica
                              M PTS PJ PG PE PP % GF GC
1- Brasil (5)           19 216 97 67 15 15 74 210 88
2- Alemania (3)     17 199 99 60 19 20 67 206 117
3- Italia (4)           17 153 80 44 21 15 64 126 74
4- Argentina (2) 15 124 70 37 13 20 59 123 80
5- Inglaterra (1)    13 97 59 26 19 14 55 77 52
6- España (1)       13 96 56 28 12 16 57 88 59
7- Francia (1)       13 86 54 25 11 18 53 96 68
8- Holanda             9 76 43 22 10 11 59 71 44
9- Uruguay (2)      11 66 47 18 12 17 47 76 65

AA
Julio 2010

28- Mundial Alemania 2006: Argentina 1(2)-1(4) Alemania, 4tos. de Final.


Disputado el 30 de junio, en el estadio Olímpico de Berlín, ante 72 mil espectadores y con el arbitraje de Lubos Michel, de Eslovaquia.

- Alemania: Jens Lehmann; Arne Friedrich, Per Mertesacker, Christoph Metzelder, Philipp Lahm, Bastian Schweinsteiger (Tim Borowski 74'), Torsten Frings, Michael Ballack, Bernd Schneider (David Odonkor 62'), Miroslav Klose (Oliver Neuville 86') y Lukas Podolski. DT, Juergen Klinsmann.

- Argentina: Roberto Abbondanzieri (Leonardo Franco 71´); Gabriel Heinze, Roberto Ayala, Fabricio Coloccini, Maximiliano Rodríguez, Javier Mascherano, Luis González Juan Riquelme (Esteban Cambiasso 72´), Carlos Tevez y Hernán Crespo (Julio Cruz 79´). DT, José Pekerman.

- Expulsado: Cufré (120).

- Goles: Ayala (49) y Klose (80).

- Penales: Para Alemania convirtieron Neuville, Ballack, Podolski y Borowski. En Argentina, convirtieron Cruz y Rodríguez y se lo atajaron a Ayala y Cambiasso.

- Alemania había terminado primera en el Grupo A y vencido a Suecia en Octavos. Argentina quedó eliminado mientras que los alemanes finalizaron terceros luego de perder en semifinal con Italia, que fue campeón, y triunfar ante Portugal.